• Ir a navegación principal
  • Ir al contenido principal
  • Ir al pie de página
  • Coronavirus
  • Blog
  • Agenda
  • Publicaciones
  • Aliados
  • Prensa
  • Contacto
Menudos Corazones

Menudos Corazones

Fundación de ayuda a niños y niñas con problemas de corazón

Busca en toda la web

  • Conócenos
    • Enfoque
    • Historia
    • Patronato y equipo
    • Dónde trabajamos
    • Qué hacemos
    • Documentación institucional
  • Cardiopatías Congénitas
  • Podemos ayudarte
  • Investigación
  • Colabora
    • Dona
    • Hazte socio
    • Voluntariado
    • Empresas
    • Productos solidarios
    • Otras formas de colaborar
  • Coronavirus
  • Blog
  • Agenda
  • Publicaciones
  • Aliados
  • Prensa
  • Contacto
/ Cardiopatías congénitas / En el hospital /

5 pasos para relajarte en el hospital

Artículos

Paso 1. Empieza concentrándote en tu respiración: siente cómo entra el aire por la nariz y cómo lo expulsas despacio por la boca. Haz al menos cinco respiraciones sin pensar en otra cosa, solo sintiendo tu respiración. Si te viene alguna otra idea a la cabeza, déjala estar. Mantén esa respiración tranquila mientras inicias la siguiente fase de la relajación: un proceso de tensar y aflojar todos tus músculos. ¡Vamos allá, paso a paso!

Paso 2. Empieza por un pie: apriétalo y ténsalo todo lo que puedas. Cuando ya no puedas más, empieza a relajarlo. Notarás la diferencia entre los músculos tensos y los relajados. Sigue el mismo procedimiento con el otro pie: aprieta y luego relaja.

Paso 3. Ahora una pierna. Aprieta los músculos, relájalos a continuación. Siguiente pierna, igual.
Sigue subiendo: los muslos, las nalgas, la tripa…Tómate todo el tiempo que quieras en cada parte del cuerpo y, si en alguna de ellas sientes dolor o temes hacerte daño, avanza a la siguiente. Pero siempre en sentido ascendente.

Paso 4. Ya has llegado a los brazos. Empieza apretando un puño, luego relájalo. Ahora el otro. Después los brazos… Sube hacia un hombro, ténsalo y relájalo. El otro hombro…

Paso 5. Finalmente llegamos a la cabeza. Primero aprieta y después afloja la mandíbula. Luego cierra fuerte los ojos y ábrelos despacio notando cómo se relajan.
Practica cada vez que tengas oportunidad: si lo haces cuando te sientas tranquilo y a gusto, te convertirás en un experto y notarás el beneficio cuando recurras a la técnica para aliviar algún dolor o alguna preocupación.

Otras ideas:

  • Imagina que tienes en tu mano, extendida delante de ti, una pluma. Ve soplando con suavidad como intentando levantarla en el aire. Te ayudará a conseguir una respiración relajada.
  • Cierra los ojos y empieza a pensar en lugares y situaciones de tu vida real o de tu imaginación en que te sientas tranquilo y cómodo: una playa de tus vacaciones, un rincón de tu cuarto, una escena de una película, un recuerdo con los amigos, un pensamiento reconfortante… Cuando hayas elegido la situación que te da más calma o felicidad, concéntrate en ella y déjate llevar por las buenas sensaciones que te provoca mientras pones distancia frente a lo que en ese momento te está produciendo algún malestar en el exterior.

Compartir:

¿Te ha resultado útil este contenido?

  • Sí
  • No
Gracias por tu valoracion

Te ayudamos a distraerte y a conocer más información sobre lo que irás viviendo durante la hospitalización

Ver más

Footer

Fundación Menudos Corazones

Fundación de Ayuda a los Niños con Problemas de Corazón

C/ Doctor Castelo, 49 - 1º
28009 Madrid · España

Paseo de Juan Antonio Vallejo-Nájera Botas S/N, esquina C/ Ercilla, 43
28005 Madrid · España

91 3736746 / 91 3866122


¡Podemos ayudarte!

Información y recursos
Investigación
Conócenos

Ayúdanos a ayudar

Empresas solidarias
Hazte voluntario
Productos solidarios
Otras formas de colaborar

Hazte Socio
Haz un donativo

Ver Aviso legal | Política de privacidad | Canal de denuncias

Hecho con ❤ por SocialCo